El Media History Research Center esconde un pequeño tesoro en el corazón del Milieux Institute, espacio dedicado a la investigación-creación en Montreal, donde debería haber pasado las últimas 4 o 5 semanas, si el underground montrealense no hubiera llevado por otros innumerables derroteros.
Hablaba de un ‘tesoro’, y es exactamente así, en forma de colección de videojuegos, consolas y consolas modificadas, con cajas y manuales originales, en donde apasionados por los videojuegos, los old and residual media y la arqueología de los medios tienen espacio y contenido de sobra para perderse y reconstruir historias, prácticas y procesos creativos de los últimos 20-30 años.
Darren Wershler me recibe y enseña su research-collection, como él mismo la denomina, me confiesa que los videojuegos no son exactamente lo suyo, pero que no puede resistir a investigar esa colección. ¿Y quién podría?
Mientras conversamos, su hijo aún de vacaciones, juega a armar un robot a nuestro lado, cruzándose y descruzándose en nuestra entrevista. Agradezco su gesto informal, exponer las posibilidades de la conciliación.
Vuelvo a Barcelona con ganas de seguir encontrándome frente a estas colecciones de investigación, ca archivos de lo inarchivable, a miradas arqueológicas rejuvenecedoras de un pasado y un presente que conviven (cuando no se confunden) en el espacio de las tecnologías, y de la memoria.